Entre las propuestas de reformas constitucionales planteadas por el Ejecutivo de México destaca una particularmente significativa en el ámbito político: la reducción del número de diputados y senadores. Según la propuesta, la Cámara de Diputados pasaría de 500 a 300 miembros, mientras que el Senado se reduciría de 128 a 64 integrantes. Esta medida implicaría la eliminación de los legisladores plurinominales, buscando así agilizar y hacer más eficiente el proceso legislativo.
La reforma electoral propuesta por López Obrador también incluye reducir los gastos destinados a campañas y partidos políticos, disminuir el número de regidores en gobiernos municipales, y evitar el uso excesivo de estructuras burocráticas electorales.
Además, se plantea que los consejeros y magistrados de los organismos electorales sean electos por voto popular directo, y se busca fortalecer la democracia participativa mediante la reducción del porcentaje necesario para que las consultas populares y revocaciones de mandato sean vinculantes.
Esta no es la primera vez que López Obrador intenta implementar cambios significativos en el sistema electoral de México. En 2022, presentó una reforma electoral conocida como «Plan B», que fue rechazada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación debido a vicios legislativos.
La nueva propuesta se presenta como una reedición de este «Plan B», con ajustes y adiciones que reflejan la intención del presidente de dejar una marca duradera en la estructura política y social del país antes de concluir su sexenio.







