La Junta de Gobierno del Banco de México decidió incrementar en 75 puntos base el objetivo
para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 10.00%, con efectos a partir del 11 de
noviembre de 2022.
Los indicadores disponibles anticipan una expansión moderada de la actividad económica mundial en
el tercer trimestre, aunque las perspectivas para 2023 han continuado deteriorándose. La inflación global
se mantiene elevada y persisten riesgos al alza, si bien las presiones sobre los precios de los bienes
primarios y las disrupciones en las cadenas de suministro han dado señales de mitigación.
Las condiciones financieras permanecieron apretadas. Un amplio número de bancos centrales continuó
incrementando sus tasas de referencia, algunos en menor magnitud a lo previsto. Se anticipa que dichas
tasas permanezcan en niveles altos por un periodo prolongado. En su decisión más reciente, la Reserva
Federal de Estados Unidos aumentó el rango objetivo para la tasa de fondos federales en 75 puntos
base por cuarta vez consecutiva y previó incrementos adicionales. Entre los riesgos globales destacan
los asociados a la pandemia, la prolongación de las presiones inflacionarias, el agravamiento de las
tensiones geopolíticas y condiciones monetarias y financieras más apretadas.
El peso mexicano se apreció, mostrando mayor resiliencia que otras monedas. Las tasas de interés de
corto plazo aumentaron, mientras que las de mediano y largo plazos presentaron cambios acotados. En
el tercer trimestre la economía mexicana continuó recuperándose. Mostró una expansión similar a la de
los dos trimestres previos, mayor a la prevista, y alcanzó un nivel cercano al registrado antes del inicio
de la pandemia. Así, las condiciones de holgura han seguido reduciéndose.
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La inflación general disminuyó ligeramente en octubre, para ubicarse en 8.41%, debido a una
disminución de su componente no subyacente. Sin embargo, la inflación subyacente continuó con su
tendencia ascendente y alcanzó un nivel de 8.42%. Tanto la inflación general como la subyacente han
seguido afectadas por las presiones acumuladas derivadas de la pandemia y del conflicto bélico. Las
expectativas correspondientes para 2022, 2023 y el mediano plazo volvieron a ajustarse al alza. Las de
largo plazo se mantuvieron estables, si bien por arriba de la meta.







