El enviado especial de la ONU para Siria destacó este viernes los numerosos y arduos desafíos que enfrenta la estabilización de ese país devastado por casi 14 años de guerra.
Geir Pedersen señaló que si bien en algunos aspectos se han producido avances hacia una estabilización provisional, todavía quedan muchos retos por afrontar.
Sobre todo, apuntó Pedersen, es imperativo “prevenir los conflictos entre diferentes grupos armados”.
“Además, será esencial que los servicios públicos sigan funcionando y que se establezcan acuerdos de transición creíbles e inclusivos en Damasco”, apuntó Jenifer Fenton, la portavoz de Pedersen, en conferencia de prensa en Ginebra.
La situación se ha estabilizado en algunas partes de Siria, aunque la inseguridad sigue siendo alta en otras, incluso en Menbij, en la gobernación de Alepo, y en el noreste de Siria. El 11 de diciembre se informó de cambios en las líneas de control en la orilla occidental del Éufrates en Deir-ez-Zor.
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El noreste de Siria continúa inseguro en general, especialmente en las gobernaciones de Al-Hasakeh y Ar-Raqqa. Se ha impuesto un toque de queda en la mayor parte de las zonas de la orilla oriental del Éufrates.
El enviado de la ONU sigue pidiendo a todos los actores armados que mantengan el orden público, protejan a los civiles y preserven las instituciones públicas de conformidad con el derecho internacional humanitario.