La mayor parte de los países de renta baja o media no se ha recuperado de la crisis provocada por la pandemia. Además, la carga de una deuda soberana muy costosa asfixia a muchas naciones con repercusiones negativas en la provisión de protección social y el avance hacia el desarrollo sostenible.
De acuerdo con las proyecciones actuales, el aumento de la inflación global golpeará particularmente fuerte a las economías emergentes y en desarrollo este año, lo que se sumaría a una “confluencia de crisis” que nos amenaza a todos, alertó este jueves la Alta Comisionada interina de la ONU para los Derechos Humanos.
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Frente al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Nada Al-Nashif citó las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que las economías avanzadas deberían prepararse para tasas de inflación promedio del 6,6 % en 2022, muy por debajo del 9,5 % que se estima para los países más pobres.
Al-Nashif agregó que, aunque las tasas de empleo de los países más ricos del mundo habían regresado o superado los niveles previos a la pandemia para fines de 2021, “la mayoría” de las naciones de ingresos medios o bajos aún no han logrado recuperarse de la crisis provocada por el COVID-19.
Fuente: ONU