Gaza. El ejército israelí inició este martes una ofensiva terrestre de gran escala en la ciudad de Gaza, considerada uno de los últimos bastiones de Hamas, en medio de crecientes condenas internacionales y llamados a detener la violencia.
De acuerdo con fuentes militares, la operación busca avanzar hacia el centro de la urbe, donde aseguran permanecen entre 2 mil y 3 mil combatientes del grupo islamista. “La ofensiva principal comenzó la pasada noche”, dijo un responsable castrense, mientras que el ministro de Defensa, Israel Katz, afirmó que el mayor núcleo urbano del enclave “está en llamas” y que no habrá retroceso “hasta cumplir la misión”.
La escalada ocurre tras la visita a la región del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, quien reiteró el respaldo de Washington a Israel y a su objetivo de erradicar a Hamas.
La ofensiva fue duramente cuestionada por organismos internacionales. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, exigió poner fin a lo que calificó como una “carnicería”. Hamas, por su parte, denunció un “nuevo capítulo en la guerra genocida y la limpieza étnica sistemática” contra la población palestina, y pidió una respuesta internacional proporcional “a la escala de estas matanzas”.
Testigos en Gaza describieron un bombardeo intenso e implacable que dejó decenas de edificios destruidos. “Hay muchas personas atrapadas bajo los escombros y podemos oír sus gritos”, relató Ahmed Ghazal, de 25 años.
En el barrio de Al Tuffah, al noreste de la ciudad, un inmueble residencial con al menos 50 personas dentro fue alcanzado durante la noche. “Sacamos a los niños en pedazos”, dijo Abu Abd Zaqut, familiar de las víctimas.
El portavoz de la Defensa Civil de Gaza, Mahmud Basal, informó que al menos 36 personas murieron este martes, aunque advirtió que la cifra seguirá aumentando. También se registraron ataques en la ciudad de Jan Yunis, al sur del enclave.
Tras casi dos años de enfrentamientos desde el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, gran parte de la ciudad de Gaza permanece en ruinas. Las restricciones a la prensa y las dificultades de acceso han impedido verificar de manera independiente los reportes de ambas partes.