Washington, D.C. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió este sábado la entrada en vigor del arancel base del 10 por ciento sobre una amplia gama de productos importados, medida que calificó como el inicio de una “revolución económica” destinada a recuperar empleos e industrias para su país. La imposición de estas tarifas marca un quiebre con el sistema comercial internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial.
“China ha sido golpeada mucho más fuerte que Estados Unidos, no están ni cerca”, escribió Trump en su red social Truth Social. “Resistan, no será fácil, pero el resultado final será histórico”.
La medida, que entró en vigor a las 00:01 del sábado en puertos, aeropuertos y almacenes aduaneros, afecta a productos procedentes de alrededor de 80 países y territorios, incluidos aliados estratégicos como Australia, Reino Unido, Brasil, Colombia, Argentina y Arabia Saudita, según documentos oficiales del gobierno estadounidense.
Canadá y México fueron excluidos de esta nueva ronda de aranceles, aunque aún enfrentan tarifas del 25% en caso de que los productos no cumplan con las reglas de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Además, productos como medicamentos, uranio y semiconductores están, por ahora, exentos, aunque la administración no descarta aplicar gravámenes más adelante. Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) estableció un periodo de gracia de 51 días para mercancías ya embarcadas antes de la fecha de entrada en vigor, siempre que lleguen a EE.UU. antes del 27 de mayo.
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Reacciones internacionales y advertencias de escalada
La medida ha intensificado la tensión con múltiples socios comerciales. El próximo 9 de abril, el conflicto arancelario se profundizará con nuevas tarifas que oscilarán entre el 11 y más del 50 por ciento, incluyendo:
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54% a las importaciones chinas
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46% a Vietnam
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24% a Japón
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20% a la Unión Europea
Ante el impacto potencial en el comercio global, algunos países ya iniciaron acercamientos diplomáticos. Vietnam, que se había beneficiado del traslado de cadenas de suministro tras la primera guerra comercial entre Trump y China, anunció su disposición a discutir un acuerdo bilateral con EE.UU., luego del anuncio de una tarifa del 46 por ciento a sus exportaciones.
Taiwán, por su parte, envió a su jefe del Consejo de Seguridad Nacional a Washington, con la expectativa de abordar este tema en sus reuniones con autoridades estadounidenses, según fuentes oficiales.
Poco después de publicar su mensaje, Trump fue visto en su club de golf en Jupiter, Florida, leyendo un artículo sobre la caída bursátil y las represalias chinas. Mientras tanto, su aliado cercano Elon Musk, desde Roma, abogó por una zona de libre comercio entre Europa y América del Norte, tras reunirse con el viceprimer ministro italiano Matteo Salvini.
En la misma línea, los mandatarios de Francia y Reino Unido, Emmanuel Macron y Keir Starmer, coincidieron en una llamada telefónica en que “una guerra comercial no beneficia a nadie”.